México puede ser la próxima potencia solar del mundo. Estos son dos caminos para lograrlo

Aura Solar, en Baja California, es una de las plantas fotovoltaicas más...

Tras décadas de confiar y depender de los hidrocarburos, México debe iniciar una de sus transiciones energéticas más radicales. Y pronto. Será un divorcio parcial, pero importante, del gas como fuente de energía, pero también del petróleo, recurso que situó a los mexicanos como el tercer productor de petróleo de Latinoamérica y duodécimo en todo mundo.

Pero México no es sólo petróleo.

De acuerdo a los mapas de radiación solar (ver abajo), más de un 70% del territorio mexicano recibe 5 kilowatts de energía por cada metro cuadrado, en promedio. A modo de comparación, Alemania –líder mundial en la generación de energía solar fotovoltaica– recibe en promedio solo 1.2 kilowatts por cada metro cuadrado. Sin embargo, sus más de 1,500,000 paneles fotovoltaicos producen 41 gigawatts, lo que equivale a un 5.9% de lo que este país genera cada año.

Esa energía generada por el sol en Alemania es más de la mitad de la capacidad instalada para generar electricidad en todo México, al sumar las convencionales –como los hidrocarburos– y las limpias, como la eólica y la solar. Claro, no en todo el país el sol brilla igual: la potencia aumenta en latitudes más cercanas a Sonora, Chihuahua y Baja California, mientras que disminuye en lugares como Veracruz.

Con las fuentes hoy en funcionamiento, México puede producir 68 gigawatts por año (lo que se conoce como ‘capacidad instalada’). La matriz mexicana hoy se compone casi en un 30% de energías limpias y el otro 70% usa fuentes convencionales como gas natural, carbón y petróleo. Hoy, las nueve centrales fotovoltaicas que existen en México representan menos de un 0.1% de la capacidad total y generan sólo un 0.03% de la energía eléctrica.

Los líderes mundiales en energía solar
Estos son los diez países que más electricidad producen a través de tecnologías fotovoltaicas.
Posición País Capacidad instalada en 2016 (gigawatts)
1 China 78.1
2 Japón 42.8
3 Alemania 41.2
4 Estados Unidos 40.3
5 Italia 19.3
6 Reino Unido 11.6
7 India 9
8 Francia 7.1
9 Australia 5.9
10 España 5.5
  Resto del mundo 42.3
  Total 303
FUENTE: International Energy Agency | UNIVISION

 

Según la Secretaría de Energía, México necesitará 58 gigawatts más de capacidad instalada para satisfacer su demanda eléctrica en 2029. Pero sólo un 3.2% de esa nueva energía –1.8 gigawatts– será generada por energía solar.

Mientras tanto, en otros puntos del mundo, países están logrando impresionantes avances. Solo en 2012, los alemanes sumaron 7.5 gigawatts de energía solar a su matriz eléctrica. Y los chinos añadieron 34 gigawatts, también a través de paneles fotovoltaicos, entre 2015 y 2016.

 

¿Es tan cara como todos creen?

Tras los terremotos que sacudieron al sureste y centro del país en septiembre, México podría disminuir los riesgos que implica nutrir su matriz energética con combustibles fósiles o energía nuclear en plenas fallas sísmicas (México tiene una sola central de este tipo, en Veracruz) y así evitar un posible Fukushima. Y podría hacerlo convirtiéndose en una potencia de energías renovables a nivel global.

Pero para entrar al club hay que, primero, derribar algunos mitos. Uno de los principales es el costo.La generación de energía solar carga con el estigma de que es carísima. Existe una creencia popular de que los combustibles fósiles –como el carbón o el gas– son más económicos, abundantes y fáciles de costear.

“[La energía solar] ya no es una energía cara, antes lo era. Hoy es competitiva”, diceAntonio Del Río, director fundador del Instituto de Energías Renovables (IER) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Hace siete años, la energía solar fotovoltaica costaba casi 200 dólarespor cada megawatt generado (esto, como promedio mundial). Hoy, producir esa misma cantidad de energía cuesta un poco más de 20 dólares y es un 75% más barata que la generada por plantas de gas o de ciclo combinado. “El costo de los materiales ha bajado porque ha habido una mayor demanda. Y a mayor producción, bajan los precios”, explica Del Río.

Sin embargo, el gobierno mexicano ha decidido apostar por la energía eólica como principal fuente de energía renovable desde el inicio de la administración de Enrique Peña Nieto. Según Del Río, existe un desconocimiento generalizado sobre los costos, las potencialidades y los beneficios de la energía solar por parte de las autoridades y el público general. “Desde mi punto de vista deberíamos haber apostado por la solar, a principios del milenio o antes. Realmente el costo de la energía ha bajado tremendamente y almacenar esa energía en baterías también ha bajado a un tercio en ocho años”, dice el director del IER.

Ahora bien, ¿cómo podría México aprovechar su potencial solar? Aquí, dos alternativas.

Opción 1: construir una (solo una) megaplanta solar

En 2009, los mexicanos le encargaron un estudio a la Corporación Alemana para la Cooperación Internacional ( GIZ) para comenzar a explorar el potencial fotovoltaico de México. El reporte concluyó que, de poder ser factible, México podría generar toda su electricidad con una sola planta.

Comencemos por imaginar un cuadrado tan grande como la mitad de Manhattan, pero en medio del desierto de Sonora cerca de Hermosillo, en México. Cada uno de los cuatro lados de este cuadrado se extiende por cinco kilómetros, con miles y miles de paneles solares.

Esta superficie representa solamente un 0.001% de todo el territorio mexicano. Pero cada metro cuadrado de ese pedacito de México recibe –en promedio y según las estimaciones más conservadoras– entre 4.5 y 5 kilowatts de energía solar cada día del año. Si multiplicamos esa cantidad de energía por los casi 25,000,000 metros cuadrados que tendría nuestra hipotética superplanta, la electricidad generada podría llegar a más de 110 gigawatts en promedio. Eso es un 60% más que la actual capacidad instalada en todo el país para satisfacer el consumo eléctrico de sus 129 millones de habitantes.

En resumidas cuentas, nuestro parque solar en medio del desierto podría generar energía eléctrica para todo México, y aún así, le sobraría para almacenar en baterías o exportar. Sin chimeneas. Sin combustibles. Solo con la radiación del sol.

Si bien estos 25 kilómetros cuadrados de paneles solares en medio del desierto mexicano pueden sonar como una idea absolutamente descabellada y utópica, la verdad es que ya hay otros países llevando adelante proyectos como ese.

India acaba de inaugurar una megaplanta –casi del mismo tamaño que la planteada en los párrafos anteriores– en octubre de este año. Se llama Kurnool Ultra Mega Solar Park y generará 1 gigawatt de energía eléctrica. Sin embargo, los chinos están encaminados a superarlos tendrán el parque solar más grande del mundo –casi dos veces más grande que el que podría estar en Sonora– que se extenderá por más de 40 kilómetros cuadrados. La planta generará casi 2 gigawatts de potencia en la frontera sur del desierto de Tengger, cerca de Mongolia. El poder de esta planta es tan grande que, a modo de comparación, tiene la potencia suficiente para, en promedio, suplir de energía eléctrica a todo Uruguay.

Un ingeniero indio arregla uno de los paneles solares de la planta ubica...
Un ingeniero indio arregla uno de los paneles solares de la planta ubicada en Bhadla, en Rajastán. El país ya genera 9 gigawatts de energía gracias al sol. MONEY SHARMA/AFP/Getty Images

Ahora bien, una única superplanta solar en la mitad del desierto sonorense tiene sus riesgos. Los dos principales son los siguientes: uno, aumentarían los costos de transmisión, y se incrementarían las posibilidades de cortes y fallas ya que toda la producción estaría focalizada en una sola planta; y dos, siempre se perdería una parte significativa de la energía generada tras distribuirla –por cientos y cientos de kilómetros en redes– hacia distintos puntos del país.

“Hacer una planta solar grande no es difícil. Es factible. Lo que sí es difícil es el transporte de la energía, ya que siempre hay una pérdida y las posibilidades de falla son mayores. Además, la construcción de plantas grandes implica la inyección de grandes capitales, la concentración de la riqueza en unos cuantos”, dice Del Río.

Para el científico, la solución es otra: la generación distribuida.

Opción 2: la generación distribuida

Que cada persona, casa, oficina o ciudad genere la energía que necesita. Esa es la premisa. Y con un territorio que absorbe la cantidad de radiación solar como la que recibe México, energía hay de sobra.

El sistema de generación distribuida permite que haya pequeñas empresas que puedan fabricar esa energía, en detrimento de las grandes corporaciones y transnacionales. Así, la producción se distribuye y más actores pueden beneficiarse de estas inversiones, generando competencia y más oferta.

“Las renovables tienen esa ventaja, pero requieren un cambio de paradigma. El nuevo paradigma es que yo construya casas, edificios u otros y yo me preocupe por generar la energía que voy a utilizar”, explica Del Río.

Eduardo Riguero Escoto es uno de ellos. Tras fundar Fortius-Power este año, ha emprendido proyectos en estados como Jalisco, donde están construyendo pequeños parques solares que suministrarán de energía eléctrica al alumbrado público de Zapopan, uno de los municipios de Guadalajara. En quince meses esperan completar la planta –que tendrá la capacidad para generar más de 150 megawatts– y que se extenderá por 1.5 kilómetros cuadrados entre Zacoalco de Torres y Tlacomulco.

“México ahorita está en pañales. Tenemos que empezar por casa, con un granito de arena y hacer cambios”, dice Riguero.

El contexto regulatorio de esta práctica ha cambiado, abriendo la oferta energética a otros actores. Hasta hace muy poco, México no permitía que privados o individuos generen energía, instalen paneles solares en sus casas o entraran al mercado energético a través de proyectos como el de Riguero.

La Reforma Energética –impulsada en 2013 por Peña Nieto– cambió el panorama y abrió la puerta para la generación distribuida. “Ya hay un poquito de cambio en el tema burocrático, incluso en el tema político. Hay autoridades que confían en la reforma. Si bien ya hay apertura, no es nada fácil. Pero el futuro se ve más promisorio para las personas que estamos metidas en este tema”, dice Riguero.

El Presidente de México, Enrique Peña Nieto, tras la promulgación de la...
El Presidente de México, Enrique Peña Nieto, tras la promulgación de la Reforma Energética en 2013.Presidencia de la República

Tras su promulgación hace casi cuatro años, la reforma permite que privados entren al mercado de la generación de energías convencionales y limpias. Hace sólo tres años que las empresas pueden, por ejemplo, generar energía a través de pequeños parques solares y venderla al Estado, quien sigue encargándose de la distribución y planeación a los espacios públicos, las industrias, comercios y casas. Las nuevas leyes permiten que los particulares propongan un plan de generación eléctrica al Estado mexicano para una zona en particular, más conocido como una ‘subasta energética’, el que será licitado y entregado al mejor postor. Un caso es el de la empresa italiana Enel, quien comenzó la construcción del parque solar más grande de México, en el estado de Coahuila. Se espera que la planta genere más de 754 megawatts de energía eléctrica para 1.2 millones de hogares.

Sin embargo, instalar estos paneles en menor escala –como en casas y comercios– hoy necesita apoyo por parte del estado. “Uno de los principales frenos para el uso de energías renovables es el costo de instalación. Los gobiernos podrían inventar mecanismos de financiamiento…, que pueden involucrar también a la banca comercial. La banca podría innovar y ofrecer opciones de financiamiento para que la población pueda instalar sistemas fotovoltaicos en sus casas, en su trabajo, donde quieran”, dice Del Río.

Alemania es un perfecto ejemplo de este sistema. En este país no solo se permitió la diversificación de su matriz energética hacia una mayor participación de la energía solar, sino que aceleró los procesos a través de los cuales los alemanes podían acoplarse a ella y recibir electricidad generada por el sol.

“Había días donde Alemania generaba más de 80% de su energía con renovables. Y ahí el esquema de generación distribuida es fundamental. Hay un sinnúmero de empresas que se dedican a generar electricidad en Alemania, lo que es genial porque no se requieren grandes capitales para empezar a hacer el viraje hacia las fuentes renovables. No así con los hidrocarburos, por ejemplo”, dice Del Río.

“La real posibilidad de uso masivo de la energía solar es que utilicemos la generación distribuida”, concluye.

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